En este sentido, el ayuno intermitente debe practicarse con la asesoría del nutricionista para evitar la pérdida drástica de vitaminas y minerales en el organismo. Además, puede ayudar a controlar el peso de una forma saludable y por más tiempo.
Sabias que, el ayuno intermitente tiene un efecto beneficioso para tratar la inflamación y mejorar las enfermedades que causan problemas como lo son: La artritis, el alzheimer, el asma, accidente cerebrovascular, la esclerosis múltiple. Así como también es recomendado en pacientes diagnosticados con cáncer, debido a que las células cancerígenas se alimentan de la glucosa y si el paciente realiza un ayuno intermitente, disminuye la cantidad de glucosa en el organismo, lo que debilita al cáncer.
En la actualidad el ayuno intermitente se ha popularizado porque sirve para adelgazar. No obstante, para iniciar esta técnica se recomienda:
1-La desintoxicación: Debes eliminar de la dieta el consumo de azúcar, pan y otras adicciones alimenticias que pueda tener.
2-Educación sobre alimentación: Deberás aprender qué alimentos necesita el cuerpo para funcionar, cuáles engordan, cuáles suben la glucosa, entre otros.
3-Limpieza de cándida: el hongo cándida en gran cantidad puede dificultar bajar de peso a quienes quieren adelgazar.
4-Control de la tiroides: algunas personas que tienen sobrepeso pueden tener problemas relacionados con esta glándula, que debe ser diagnosticado y tratado.
Cuando el cuerpo se encuentre regulado y tenga hábitos más saludables tendrá más energía y también conseguirá a adelgazar de forma saludable.
El ayuno intermitente utilizado para adelgazar se recomienda cuando la persona comienza a notar que no logra bajar de peso, aunque lleva una dieta saludable y sigue una rutina de ejercicio. De la mano siempre con la orientación de un nutricionista.
Si se realiza el ayuno intermitente, sin cambiar los hábitos alimenticios, ni evaluando las posibles causas por las que se tiene sobrepeso, esto puede llevar a experimentar el temido efecto rebote y aumentar el doble de peso al detener el ayuno.
Ayuno de 12 horas: En este caso la persona debe escoger un lapso de 12 horas todos los días donde se mantendrá el ayuno. Es uno de los más recomendados para las personas que se encuentran iniciando con este régimen. Durante esas 12 horas se debe incluir el tiempo de sueño ya que aún durante este tiempo el cuerpo continúa consumiendo la misma cantidad de calorías en el día.
Ayunar por 2 días a la semana: El ayuno intermitente de 2 días a la semana consiste en comer alimentos saludables con regularidad durante 5 días y luego reducir el consumo de calorías durante 2 días. Se recomienda consumir calorías en un rango de 600 a 500 calorías. Los días de ayuno no deben ser días seguidos.
Ayuno semanal de 24 horas: Este sistema puede hacerse una o dos veces a la semana. Se sugiere empezar después del desayuno y retomarlo nuevamente a la hora del siguiente desayuno. Se debe continuar consumiendo suficiente agua para evitar la deshidratación. También, se puede tomar bebidas como café y té sin azúcar. Este ayuno puede ocasionar fatiga, irritabilidad y dolor de cabeza. Estos síntomas van desapareciendo a medida que el cuerpo se adapta.
Beneficios del ayuno:
-Ayuda a detener el envejecimiento en el organismo.
-Reduce la inflamación.
-Ayuda a limpiar el intestino.
-Mejora los valores de los triglicéridos en la sangre y todo el perfil lipídico.
-Mejora la sensibilidad a la insulina.
-Aumenta la pérdida de grasa.
-Mejora enfermedades metabólicas.
-Disminuye la presión arterial.
Problemas del ayuno:
-Incrementa la sensación de ansiedad y estrés que terminan en atracones de comida.
-Dificulta que la persona pueda ganar masa muscular.
-Pasar mucho tiempo sin ingerir alimentos genera acidez y pesadez en algunas personas.
-Durante la primera semana de ayuno la persona puede presentar mareos, boca seca, irritabilidad, estreñimiento y deshidratación.
-La persona puede sufrir una pérdida sustancial de vitaminas y minerales durante el ayuno si no se come apropiadamente durante ese tiempo.
No está recomendado para todas las personas.
-Las mujeres embarazadas o en proceso de lactancia.
-Niños y adolescentes.
-Personas que tengan un trastorno alimenticio
-Aquellos que tengan bajo peso.
-Personas con patología no controlada.
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