Se estima que cada 8 de cada 10 mujeres y seis de cada 10 hombres sufre de grasa abdominal. Un problema que es posible eliminar mediante una rutina de ejercicios y una dieta balanceada.
Te presentamos 5 ejercicios para trabajar el abdomen:
-Bicicleta: Para hacer este ejercicio debes estar acostada en el piso, colocando las manos detrás de la cabeza. Posiciona tus rodillas hasta lograr hacer un ángulo de 45 grados, en esa posición haz movimientos con tus piernas como si estuvieras andando en una bicicleta. No olvides tocar la rodilla izquierda el codo derecho y viceversa.
-Encogimientos con pelota: Sobre la pelota, debes apoyar firmemente tus pies en el piso, cuida que los muslos y torso estén paralelos con el suelo. Posiciona las manos detrás de la cabeza y comienza a contraer-apretar el abdomen al tiempo que levantas el tronco, formando un ángulo de 45°.
-Crunch con piernas verticales: Acostado boca arriba y las manos a lo largo del cuerpo. Eleva los pies del suelo y extiéndelos hasta formar un ángulo de 90 grados, siempre con los brazos estirados. Siempre contrayendo los músculos abdominales. Mantén la posición 30 segundos. Exhala al contraer e inhala al volver.
-Abdominales invertidas: Se realiza acostado en el piso boca arriba, colocando las manos a un costado de tu cuerpo, o detrás de la cabeza, según sea más cómodo. No olvides cruzar los pies a la altura de los tobillos hasta formar un ángulo de 90°. Contrae tu abdomen, girando suavemente las caderas hacia la izquierda y luego a la derecha.
-Plancha: Acostado boca abajo sobre el piso, los codos deben estar a la altura del pecho; apoya las palmas de las manos contra el suelo. Sostén tu cuerpo hasta formar una línea recta, con la espalda completamente derecha y estirada. Manteniendo la punta de los pies y las manos contra el suelo. Contrae el abdomen. Mantén la posición entre 30 y 60 segundos. Descansa 30 segundos y repite.
Se recomienda hacer 4 series de 10 a 12 repeticiones, al menos tres veces a la semana. Cuidando en todo momento que la espalda esté firme y recta, evitando lesiones y como regla mantener el abdomen contraído inhalando y exhalando.
Para lograr los resultados deseados es importante cumplir con una dieta balanceada y aumentar las repeticiones, como la intensidad, así como crear un hábito en el horario y días del entrenamiento. Si haces del ejercicio parte de tu vida te sorprenderás como empieza a llegar ese cambio que tanto deseas.
Así como le lees, los vegetales, frutas y verduras que compras diariamente en el supermercado o en la tienda de comestibles siguen vivos y responden a señales de luz, incluso cambian toda su biología para así poder mejorar su resistencia a las plagas, manteniendo así todos sus valores nutricionales. Este ha sido el resultado de las investigaciones realizadas por un grupo de científicos de la Universidad de Rice en Estados Unidos, publicadas en la revista Current Biology, el cual advierte las posibles consecuencias para la salud que se desprenden de la relación que existe entre la forma en como son almacenados los vegetales, frutas y verduras, y el momento en que son consumidos por las personas.
El descubrimiento se dio luego de analizar la respuesta generada por los vegetales, frutas y verduras luego de ser recolectadas y expuestas a diversas pruebas de luz, mostrando las mismas señales de vida como si aún estuvieran en su lugar de siembra. Así lo detalló la investigadora y coautora del estudio de la Universidad de Rice, Janet Braam.
El estudio se realizó con plantas cultivadas en el laboratorio, sometidas a diversas pruebas de luz, quienes mostraron cambios fisiológicos importantes impulsados por ritmos circadianos. Este descubrimiento supone grandes ventajas para los vegetales, frutas y verduras que compramos diariamente en el supermercado, pues estas pueden alterar su química interna para protegerse de ser comidas por insectos y otros herbívoros potenciando los nutrientes que son beneficiosos para la salud de las personas que las consumen. Tal es el caso de las verduras crucíferas como por ejemplo el brócoli, la col y las coles de Bruselas, quienes acumulan grandes cantidades de glucosinolato, sustancia química que tiene grandes efectos anticancerígenos. Los investigadores de este estudio aseguran que podemos modificar la manera en como estamos almacenando estos alimentos para así poder potenciar todos los fitoquímicos y nutrientes beneficiosos para la salud de las personas que los comen.
Los investigadores de este estudio aseguran que luego de la cosecha, los relojes circadianos se mantienen sobre los vegetales, frutas y verduras aún después de la recolección, entonces podemos saber en qué momento del día podemos comer estos alimentos para aprovechar al máximo todos los nutrientes y fitoquímicos de éstos que son beneficiosos para nuestra salud. En este caso, podemos someter a estos alimentos bajo ciclos de luz y oscuridad para poder aumentar su valor nutricional y poder así elegir el mejor momento para cocinarlos.
Los coles fueron el objeto de este estudio, pero se observó el mismo comportamiento en calabacines, espinacas, zanahorias, arándanos, lechuga y patatas dulces. De igual manera, a los vegetales, frutas y verduras que fueron sometidos a ciclos de luz y oscuridad en momentos adecuados del día, sufrieron menos daños por parte de insectos y otros herbívoros.
¿Alguna vez habías pensado que los vegetales frutas y verduras que compras en el supermercado siguen vivas estando en tu refrigerador? 👇